La recuperación del cultivo de la alubia en la Vega de Saldaña, en los años 90 del siglo pasado, a través del programa de desarrollo rural PRODER y de la empresa Leguminor, así como de las nuevas variedades seleccionadas y mejoradas por el Servicio de Investigación Agraria de la Junta de Castilla y León, es el único ejemplo satisfactorio de evolución positiva del cultivo de las legumbres en Palencia. Los ensayos realizados por el citado servicio demostraron que la Vega de Saldaña es una de las zonas más idóneas de Castilla y León, y por lo tanto de España, para cultivar legumbres y, en particular, alubias. La excepcional calidad obtenida por las alubias de cualquier variedad, cultivadas en la Vega de Saldaña, superó siempre a la de las alubias procedentes de otras zonas, incluso, más reconocidas y prestigiosas. Aunque el cultivo se recuperó con nuevas variedades mejoradas, ya que las autóctonas habían desaparecido, se consiguió asegurar su sostenibilidad por su resistencia a enfermedades endémicas y su adaptación a nuevas técnicas de cultivo, respaldadas por una adecuada comercialización. Destaca la alubia blanca riñón por la finura de su hollejo imperceptible, la suave cremosidad de su textura y su sabor singular y deliciosamente potente.

Pero en los últimos quince años la Política Agraria Común, que ha favorecido el incremento de la superficie cultivada de maíz, y la jubilación de numerosos agricultores cultivadores de alubias sin relevo generacional han provocado un lento abandono del cultivo, que exige mucho trabajo manual y poco aliciente económico, sin ayudas al cultivo que nunca ha pagado la PAC. Por ello, las doscientas cincuenta hectáreas de alubias y unas 80 toneladas de producción, que llegaron a cultivarse en la vega media del Carrión, perdidas entre varios miles de hectáreas de maíz, van reduciéndose lentamente.