CATA DE LOS QUESOS CAMPOS GOTICOS
La secuencia de cata que seguimos para valorar cada cuña de queso consistió en una apreciación visual del aspecto externo e interno de la pieza, y a continuación percibimos e identificamos los olores directos apreciados por los receptores olfativos al acercarnos el queso a
QUESO CASTELLANO DE OVEJA SEMICURADO
Todos estos quesos castellanos son elaborados con leche cruda y entera de ovejas de raza churra, y su coagulación se hace con cuajo de lechazo.
Los tres tipos de quesos presentan un formato y corteza similar. Su formato es el “típico manchego”, sus caras tienen grabadas unas espigas y su contorno (cincho) un zig-zag. Su corteza es natural enmohecida y cepillada, por lo que presenta un color cremoso con tonalidades grisáceas y mate.
Al corte, la pasta del queso de oveja semicurado es de color cremoso con un ligero cerco más oscuro, y cierto brillo. Al tacto, es suave y aceitoso. Al acercarlo a la nariz se aprecia un ligero olor a los mohos de su corteza y matices lácteos frescos propios de la leche de oveja churra. Su sabor es pleno y suave, ligeramente ácido y con un punto de sal muy equilibrado y realzado con un delicado picor. Sus aromas nos recuerdan al de la mantequilla fundida, que junto con una textura blanda y mantecosa, y una corta persistencia nos invita a acompañarlo con un buen pan y un vino tinto joven y fresco o un blanco seco, sin olvidarnos del jerez fino o manzanilla.
QUESO CASTELLANO DE OVEJA CURADO
Su corteza ligeramente húmeda denota su prolongado tiempo de curación en ambientes fríos y húmedos. Su pasta presenta unos agujeritos pequeños de tipo mecánico y un color pajizo con un marcado cerco más oscuro. Aunque presenta un brillo superficial, al pasar el dedo sobre su superficie la sensación no es tan húmeda y suave como la experimentada en el queso semicurado. También es más firme, desmenuzable y seco. Su olor y sabor es complejo e intenso, signo de una larga curación (entre siete y nueve meses). Su marcado carácter ovino queda definido con un sabor ligeramente ácido y con punto de sal no muy alto, realzado con una sensación picante no muy persistente que invita a repetir en su bocado.
QUESO CASTELLANO DE OVEJA AÑEJO
De pasta parda amarillenta con un marcado cerco y textura áspera, seca y firme, el queso de oveja añejo denota una gran maduración en sus características sensoriales. Su largo tiempo de curación (entre diez y doce meses) hace que su olor, al igual que su sabor, sea complejo e intenso, recordándonos a pan y frutos secos tostados. Su intenso sabor, alto en sal, y picante presenta aromas tostados y amanerados. Muy persistente en boca y ideal para acompañar con un buen vino tinto.